En diciembre, publicábamos algunas sugerencias de Antón Chéjov extraídas de su abundante correspondencia y recopiladas por Piero Brunello. En esta ocasión tomamos como referente a Kurt Vonnegut para ofrecer algunas de sus reglas para escribir ficción. Unas recomendaciones que vieron la luz integradas en un anuncio que la International Paper Company realizó en prensa. La compañía, que actualmente es líder mundial en la fabricación de envoltorios para comida rápida y vasos de papel, lanzó en los 80 una exitosa campaña de publicidad en la que diversos personajes célebres ofrecían una serie de consejos sobre escritura. Esta es la aportación del autor estadounidense que comparaba a los escritores con los canarios que se colocan en jaulas en lo más profundo de las minas. Esos canarios que, cuando el oxígeno escasea, alertan a los mineros con su último canto, antes de morir.

Reglas para escribir ficción

-Usa el tiempo de forma que el lector jamás tenga la sensación de que lo está malgastando.

-Dale al lector al menos un personaje al que aferrarse, con el que se pueda identificar.

-Justifica la presencia de cada uno de tus personajes. Todos deben querer algo, aunque solo sea un vaso de agua.

-Cada frase debe desempeñar alguna de estas dos funciones: revelar un personaje o conseguir que la acción avance.

-Comienza tan cerca del final como te sea posible.

-Sé sádico. No importa cuán dulces e inocentes sean tus protagonistas, haz que les sucedan cosas terribles. Es la única forma de que el lector vea de qué pasta están hechos.

-Escribe para complacer únicamente a una persona. Si abres la ventana para hacer el amor con el mundo o, simplemente, para hablarle, tu historia cogerá pulmonía.

-Facilita a tus lectores lo más rápido posible la mayor información posible. Al diablo con el suspense. Los lectores deben comprender plenamente lo que está pasando, dónde y por qué, de forma que puedan terminar la historia por sí mismos, sin que importe que unas cucarachas se coman las últimas páginas.

Estas reglas para escribir ficción resultan valiosas. Sin embargo, años después de publicarlas, el propio Vonnegut afirmaba que existe una excepción para cada una de ellas: La mejor escritora de relatos cortos de mi generación fue Flannery O’Connor. Ella quiebra prácticamente todas mis reglas excepto la primera. Los grandes narradores tienden a hacerlo.