Del 26 de junio al 27 de septiembre, el CAC Málaga recoge la mayor retrospectiva de la obra de Shepard Fairey (Obey) realizada hasta la fecha, así como la primera muestra en un museo del trabajo de D*Face. Estos dos artistas callejeros entran por méritos propios en los circuitos del arte reconocido.

Ambos tenéis un icono que os representa y que utilizáis por todo el mundo como firma. ¿Por qué es tan importante esta marca personal?

D*Face: Mi personaje es un perro y está muy influenciado por Shepard. A principios de 2000 estaba muy aburrido en el trabajo y empecé a buscar algo que hacer. Comencé a dibujar personajes, fui tomándomelo en serio e hice stickers (pegatinas, pósteres adhesivos). Aprendí de Shepard cómo podía divertirme y hacerlos.

D*Face

Y André el gigante ¿por qué lo elegiste como icono?

Shepard Fairey (Obey): Utilicé el retrato de André para enseñar a un amigo a hacer plantillas y pegatinas, más como un juego o una broma, pero cuando me di cuenta de que la imagen era fácil de recordar para la gente, decidí trabajarla hasta conseguir algo más único y propio, para usarla como firma, de forma que a veces es el elemento principal y otras es uno menor, pero la idea es que la gente pueda siempre enlazarlas. Las ven en Nueva York, San Francisco, Londres, Tokio… Wow, este artista está viajando por todo el mundo, piensan. Uno de los principales temas de mi trabajo es la idea de que cada individuo tiene más poder del que cree. Comencé con muy poco dinero, pero trabajé duro y la gente comenzó a decir que mi trabajo parecía imposible que lo hiciese una sola persona. La gente está intimidada por las corporaciones, por los intereses poderosos, de forma que suelen pensar que una persona sola no puede hacer nada, pero cada persona puede marcar la diferencia, y usar de forma repetitiva mi icono asegura que la gente entienda que todo es obra de la misma persona.

Shepard Fairey (Obey)

Shepard Fairey (Obey)(A Shepard Fairey) Transformas imágenes y objetos del capitalismo para crear una respuesta crítica. Además, combates la presencia de la publicidad con tu obra callejera. Y, a la vez, realizas trabajos de diseño para grandes multinacionales. El artista del siglo XXI ¿no tiene más remedio que ser un emboscado? ¿Sientes que tu obra es fagocitada por el sistema?

Shepard Fairey (Obey): El sistema, y entiendo que hablamos del sistema capitalista, ha organizado las cosas de manera que crea situaciones opresivas, injustas. Mi objetivo no es desmantelar el capitalismo, sino animar a la gente a que sea más crítica con el capitalismo, a que le preocupe más la concentración de poder. El capitalismo puede significar la supervivencia de quienes más lo teman, en el sentido de que es un sistema que no muestra la menor compasión. Cuando algunas personas acumulan poder, tienen la capacidad de esclavizar a otras personas, de hacerlas desgraciadas, de instaurar injusticias. El capitalismo necesita más supervisión contra eso. Pero también el capitalismo es el lenguaje que habla la mayoría del mundo occidental, así que criticarlo y a la vez participar en él es para mí la única manera de hacer lo que hago sin caer en el aislamiento, una forma de crear mi propia utopía. Creo en la comunidad y en que no todos los aspectos del sistema son terribles, pero mucha gente no es consciente de cómo funciona la maquinaria del poder y necesita que se les incite a ser más críticos. Eso es lo que intento hacer con mi trabajo. Aunque sé que me beneficio de mi trabajo bajo el capitalismo, ese no es el objetivo.

¿Y qué opinas tú?

D*Face: En el mundo que vivimos necesitas dinero. Entre Shepard y yo hemos puesto mucho trabajo en la calle para que la gente lo pueda ver y disfrutar. También lo hacemos para disfrutar nosotros. No tienes más remedio que ser parte del sistema, pero estas obras en la calle se enfrentan con la publicidad que nos rodea y hace que la gente se cuestione su relación con las marcas y productos que consumen. Yo no voy a decir que no bebamos Coca-Cola ni usemos Nike, cuando yo lo hago, pero se trata de ser más críticos, porque es muy fácil acomodarse a lo que nos viene dado, que inevitablemente desemboca en apoyar a quien más poder tiene. Deberíamos apoyar a productores y empresas más pequeñas.

Entrevista a Shepard Fairey (Obey) y D*Face

La estética recurrente y los motivos repetitivos para fijar ideas ¿son una réplica a las técnicas de la publicidad o una forma de publicitaros?

D*Face: Es una pregunta comprometedora. Utilizamos técnicas de la publicidad, pero la técnica del grafiti también la usa la publicidad, esencialmente la repetición: escribir tu nombre en todos los lugares que puedas, que es lo que también hace una marca, con la diferencia de que se trata de un individuo. Este individuo que usa las mismas técnicas de la publicidad, a la vez lucha contra ella. Utiliza el grafiti para alcanzar mayor audiencia y emplea un personaje para que la gente pueda identificarse con él, lo que da a su obra mayor expansión.

Shepard Fairey (Obey): Hay similitudes evidentes en la técnica, pero hay una diferencia radical en la filosofía. Siempre soy muy transparente con lo que hago. Incluso al principio, que hice una campaña de propaganda sin fondos, eran unos anuncios donde no había productos. Ahora hago productos, pero muchas marcas lo que proponen son formas de vida, una manera de proveer el gran deseo a sus clientes. Soy muy directo, la propaganda de mi trabajo es muy clara. Usa las mismas técnicas pero invita a la gente a cuestionar esas mismas técnicas. El éxito automático de mi proyecto sería su obsolescencia, que ya no fuese necesario. Puedo encontrar montones de ideas para trabajos que no requieran necesariamente estas técnicas, pero entiendo que este método, que está dentro del lenguaje de la publicidad y cuya potencia elogio desde fuera, es una opción fuerte y provocativa.

Shepard Fairey (Obey) y D*Face: Ché Guevara

¿Algún escritor os ha servido de inspiración?

D*Face: ¡Escritores de grafiti sí! Me gusta leer, pero no hay un escritor concreto con el que pueda identificar mi obra. Me inspira más la música, de forma constante. Siempre estoy buscando nueva música y atiendo más a la letra que a la melodía.

Shepard Fairey (Obey): Encuentro mi inspiración en muchas cosas. En cuanto a escritores, están Noam Chomsky, George Orwell, Bobby Seale (de los Panteras Negras, y su libro Seize the time, que ha sido una gran influencia para mí), entre otros, pero buena parte de mi inspiración viene a través de la música, porque es un medio básico de explorar la problemática del ser humano, de una manera que puedes relacionar y filtrar en tu trabajo.

Entrevista a Shepard Fairey (Obey) y D*Face

(A D*Face) La herida que deja la muerte y la que deja el amor suelen aparecer unidas en tu obra. ¿Por qué?

D*Face: No tiene por qué ser una muerte física, sino metafórica, porque puede haber alguien que sólo esté en tu recuerdo, aunque siga vivo, o que ya esté muerto para ti y no forme parte de tu vida. Me identifico con el sentimiento de quien ha perdido a alguien, pero aún lo siente en su vida. Y me gustan las interpretaciones ambivalentes: por ejemplo, una escultura que se puede interpretar como que la chica le está chupando la vida al chico o, todo lo contrario, le esté insuflando vida. Me gusta conocer cómo interpreta la gente mi obra y hablo de la muerte porque todos somos iguales ante ella, aunque mucha gente pueda sentirse petrificada ante ese salto a lo desconocido.

D*Face

Suele haber más muerte en tus personajes masculinos que en los femeninos. ¿Por algún motivo?

No hay una razón especial. Suele ser el hombre porque soy yo. Cuando pinto, hablo de mi vida, lo hago según cómo me sienta. Pero mejor que hable Shepard, que tiene mucho más pelo que yo.

(A Shepard) ¿Dónde está la línea que separa el arte urbano del vandalismo?

Shepard Fairey: Está en la mirada del observador. Es estupendo encontrar en orden los espacios públicos y muchas veces me encuentro cosas respetables. Hay un montón de variables que considero al elegir un espacio, y que dependen de mi opinión, por supuesto, pero siempre procuro añadir algo bueno, y no dañar lo que está bien. Donde hay algo que se está descomponiendo, que es provisional, paredes temporales en las que se puede jugar, esas son mis elecciones, pero es algo subjetivo. Se me ha llamado vándalo tantas veces como se me ha considerado una herramienta para hacer más amable un lugar. Sólo puedo seguir mis convicciones cuando elijo un espacio, y esperar lo mejor.

Shepard Fairey (Obey) y D*Face

Ante los problemas legales que padecéis o podéis sufrir ¿deberíamos temer que al final vuestra obra únicamente pueda verse en museos?

D*Face: Shepard tiene más problemas legales que yo. Toco madera porque hasta ahora he sido afortunado. Mientras me interese y emocione, voy a seguir haciéndolo. Si lo encuentro relevante y trascendente, lo seguiré haciendo. Y si eso no pasa, pararé. Hubo un tiempo en el que fui mucho más activo de lo que soy ahora (tengo menos interés en salir a dejar mi marca), pero cuando lo hago, disfruto. Lo emocionante es la interacción con el público. Que sea legal o no… Prefiero tener oportunidades de pintar legalmente porque así perdurará en el tiempo y llegará a más personas. Es como llevar a la gente a un museo. No quiero decir que la gente deje de visitar salas y museos, pero debe haber un equilibrio entre ambas cosas. Definitivamente, voy a seguir pintando en la calle. No sé si también le pasa a Shepard, pero para mí, salir sin mis stickers es como salir sin llaves o sin cartera. Tengo dos hijos y el mayor siempre me pregunta: Papá, ¿llevas los stickers? Mis comienzos fueron humildes y tener ahora esculturas en la calle es mucho mejor perspectiva que andar pintando deprisa y salir corriendo para que no me pillen. Aun así, lo seguiré haciendo, aunque sea un acto egoísta.

Shepard Fairey (Obey): Las dificultades para trabajar en la calle son parte del trabajo, y yo continúo haciéndolo. Para mí el objetivo es llevar el arte a la gente en lugar de que la gente tenga que ir a galerías o museos, aunque estos son buenos lugares para mostrar arte y apreciarlo. La parte buena, como decía D*Face, es que ahora me están ofreciendo más paredes, pero lo que mucha gente olvida es que no te van a ofrecer esas paredes hasta que hayas mostrado suficientemente tu arte en la calle. Me gusta hacerlo dentro de la ley, pero no me gusta que me nieguen los permisos. No comprenden que esto se lía de tal manera que no lo puedes desenredar.

(Nota del entrevistador: En la actualidad, Shepard Fairey está padeciendo graves problemas legales y reclamaciones absolutamente desproporcionadas por parte de la jefa de policía de Detroit).

Shepard Fairey (Obey)

Imaginemos que os conceden el deseo de hacer la obra que soñéis en el lugar que queráis. ¿Cuál y dónde sería?

D*Face: Es una pregunta difícil. Me gustaría hacer algo que fuese impactante, que cree controversia, algo que la gente no se espere. D*Face en la Estatua de la Libertad y que la gente se pregunte: ¿cómo demonios lo ha hecho sin que lo pillen? Me gustaría hacer más esculturas públicas con las que la gente pueda interactuar, obras que te mejoren el día. Eso estaría muy bien. Aunque la mejor obra de arte seguirá siendo encontrar la cura contra el cáncer.

Shepard Fairey: Me gustaría ir a Cisjordania a pintar en un muro. Si piensas en cuánta tensión hay allí, es un lugar muy simbólico. Hay algunas personas que mantienen alta la fricción, pero todos los demás sólo quieren interactuar con otras personas y apreciar la vida. Me gustaría pintar allí algo que recuerde a la gente que los seres humanos pueden ser generosos, creativos, pacíficos. Es una idea válida para cualquier lugar del mundo, pero creo que allí lo necesitan más.

 

Enlaces:

Obey en CAC Málaga

D*Face en CAC Málaga

Agradecimientos:

A Laura Corrales (que aparece en las fotos), por toda su ayuda y la gentileza con que nos la prestó.

A Lola Lorente, por su apoyo.