Un ejército de uno

Un millón cuatrocientas dos mil ochocientas cincuenta y cuatro personas firmaron la solicitud de iniciativa legislativa popular contra los desahucios, promovida por la PAH. Ni escribiéndola a letra consigo darle a la cifra la importancia que tiene: ejercer la democracia real y obligar a que se tramite una ley que acabe con el genocidio social de los desahucios. Es tanta la fuerza que tienen ese millón cuatrocientas dos mil ochocientas cincuenta y cuatro personas, que incluso han conseguido doblegar al partido del Gobierno y obligarle a levantar el veto sobre la iniciativa.

El RotoQuizá estemos ante la pesadilla del político: un país donde los ciudadanos participen en algo más que en el trámite electoral de cada cuatro años; pero no debemos ser ingenuos. A la iniciativa legislativa aún le queda un largo recorrido. Posiblemente sea absorbida por la burocracia, desnaturalizada por el debate partidista y finalmente aprobada en forma de parodia de sí misma. Sin embargo, lo ocurrido nos muestra la importancia de cada ciudadano, el poder que cada uno de nosotros tenemos para intervenir en los asuntos públicos y la responsabilidad en que incurrimos al delegarlo en los políticos y desentendernos.

Ejerzamos ese poder. Cada uno en su micro-universo, pero dando siempre la batalla. Como un ejército de uno.