Dos sin título

de  Eduardo Cruz Acillona

 

#1

Estaba harto de comer todos los días en el mismo restaurante, rodeado siempre de la misma gente rara, y de que su padre le dijera que no podían permitirse el lujo de comer en casa.

Wikifoto

Wikifoto

#3

Cuando nuestros mayordomos empezaron a servir el Beluga en platos de postre, supe que había llegado la crisis a palacio.

Convocatoria de la PAH

Las plataformas de afectados por la hipoteca (PAH) reunidas en Madrid en Asamblea estatal ha valorado y acordado las acciones necesarias para exigir que se cumpla la Directiva 93/13 de protección de los derechos de los consumidores, a raíz de la sentencia del Tribunal Judicial de la Unión Europea que ha dictaminado que los procedimientos de Ejecución Hipotecaria (los que inicia la entidad bancaria para subastar las viviendas de las familias y echarlas después de su casa) son ilegales.

Dado que esto afecta a todos los procesos en curso y a los ya finalizados, las Plataformas de toda España convocan a todos los afectados a solicitar inmediatamente la suspensión del proceso judicial de su ejecución hipotecaria en el juzgado que les corresponda. La solicitud escrita se puede descargar en la página web de la Plataforma. Esta entrega se hará de manera masiva durante la mañana del 26 de marzo en todas las ciudades donde haya convocado la PAH.

Felicitación (IV)

Düsseldorf, 16 de marzo de 2013

Querido Rafael:

Por fin he tenido una alegría; la necesitaba desde hacía tiempo. ¿Quieres que te cuente a qué se debe?
Hace dos semanas (los lunes por la tarde libramos en el trabajo), junto a mi compañero de piso, Argus Márkaris, caminamos bajo la lluvia hasta una calle angosta y poco iluminada, detrás de la estación del ferrocarril. Refugiados bajo el pequeño paraguas de Argus llegamos con los hombros empapados a un antiguo club de baile que él conocía, el Die Ecke der Leidenschaft. Sobre el umbral de la fachada, una pareja diseñada con tubos de neón celeste repetía invariablemente tres pasos de baile. En la semioscuridad del interior olía a una mezcla avinagrada de cerveza y maquillaje barato. A la izquierda, alrededor de unos veladores de mármol, estaban sentadas quince o veinte mujeres, quizá jubiladas o viudas; en el lado opuesto, acodados en la barra y simulando aplomo, ocho o diez jóvenes, sin duda inmigrantes, esperaban ser elegidos para bailar. En el centro, sobre la reducida pista redonda, dos parejas se movían torpemente al compás de Que c’est triste Venice, apretándose bajo los lunares blancos de luz que desprendía una bola espejada colgada del techo.
La señora Angelika Schulz, una bávara más alta que yo y el doble de ancha, sabía suficiente español. Mientras bailábamos me contó que había convivido once años con Eduardo, un comunista valenciano y exiliado, que prefirió permanecer junto a ella en Düseldorf hasta que una mañana, abstraído en la lectura del Mundo Obrero, un autobús lo aplastó en la Carlsplatz. En ese tiempo, y durante sus vacaciones en Alicante, Eduardo la convirtió en una devota de Lenin. Cuando yo le detallé que trabajaba en el Hotel Konditorei, que el banco me había desahuciado y que desde hacía un mes mi madre descansaba en la eternidad, a la señora Schulz le resbalaron dos espesos lagrimones como carámbanos caídos desde los aleros de sus pestañas postizas. No había terminado Gloria Lasso con su Bésame mucho cuando la señora Schulz se separó bruscamente unos centímetros de mí; levantó el puño derecho por encima de su cabeza rubia platino y exclamó solemnemente: «¡Viva la Revolución, viva España y viva mi novio!» Cuando salimos del Die Ecke der Leidenschaft hacía frío; le tiritaba la barbilla y yo le ofrecí mi chaqueta para que no se resfriara.
Desde que la señora Schulz determinó que fuese su novio, las cosas me han ido mejor: los domingos por la tarde voy a su casa y me quedo a dormir; llevo impecables los cuellos de las camisas y la raya de mi pantalón azul marino; como Eisbein (riquísimo codillo de cerdo asado) y Strudel, una tarta celestial de manzana que la señora Schulz me ofrece acompañándola con un guiño picarón: «Para que te pongas fuerte y bravo», me dice.
Aprendo, querido Rafael, cosas insospechadas; por ejemplo, respecto al sexo. A pesar de su corpulencia y sin previo aviso, la señora Schulz puede dar un salto olímpico sobre la cama, girar en el aire y posarse otra vez a cuatro patas: es su señal para invitarme a que me adentre… Pero estas son cosas que un caballero debe callar. Aunque no me resistiré a confesarte que sólo alcanza su frenético apogeo cuando fija la mirada en el enorme póster clavado en la pared, sobre el cabecero: en él (es obvio que después de un trucaje de imprenta) aparece Lenin estrechando amigablemente la mano a Eduardo. Después me ovillo y cobijo entre sus brazos como un pingüino bajo el cuerpo de su madre: me envuelve la serenidad de los anocheceres de Málaga y una espesa somnolencia de miel.
La señora Schulz me ha regalado la biblioteca de su difunto. Cuenta con unos doscientos tomos y otras tantas revistas que leo sin orden y con avidez: Marx, Marta Heinneker, ‘Playboy’, Althusser, Kafka, viñetas de Mafalda… Aprendo, querido Rafael, cosas que hasta ahora eran insospechadas para mí.

Un abrazo.

Máscaras

Fotografía de Papp Hajnalka
A muchos de nosotros, la declaración de la renta de 2011 nos salió a devolver. Esas devoluciones se han retrasado hasta este año, de manera que el pasado enero hubo el doble de las producidas en años anteriores.
Podríamos pensar que se debe a un retraso en la revisión debido a los recortes, o a una posible inspección más exhaustiva como parte de la lucha contra el fraude, pero la realidad es otra.
A final de año hay que hacer las cuentas: ingresos – gastos = resultado.
Si no hay devoluciones hasta enero del siguiente año, resulta que en diciembre de 2012 los ingresos quedan engordados con todos los pagos pendientes a los ciudadanos.
Añadamos a esto la compra de deuda efectuada con los fondos de pensiones (fondos que, por definición, son una reserva intocable para garantizar el futuro de los jubilados) y, de esta manera, el gobierno consigue unos resultados sorprendentes de los que presumir en ruedas de prensa y en el debate sobre el estado de la nación.
Rajoy se puso la máscara y anunció con una gran sonrisa que en 2012 su gobierno había reducido significativamente el déficit público. Bruselas le había pedido un 6,3% y ellos habían conseguido un 7% que, aunque no era suficiente, ponía de manifiesto el duro trabajo efectuado y su éxito.
La realidad es que el déficit es mucho mayor del anunciado. Eso se traduce en que este gobierno hará más recortes durante 2013 y que el prometido horizonte de crecimiento está lejos.

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Autores del libro

Por motivos técnicos inherentes al proceso final de diseño y maquetación del libro, la siguiente relación puede sufrir algunas modificaciones.

Ada Valero Jesús Beato
Adriana Oris José Abad
Álex Chico José Ant. Masoliver
Ana Díaz José Antonio Francés
Ana E. Arenaza José Cano
Ana Ruiz José Luis Vivancos
Andrés Portillo Juan Carlos Friebe
Ángel Olgoso Juan Santos Cánovas
Ángeles Escudero Juan Vico
Antonio Almansa Lola Lorente
Antonio Moreno Lourdes Díaz Oveja
Antonio Trujillo Lydia Tapiero
Care Santos Manu Espada
Catalina Rivas María José Codés
Cristina Soriano María Toro
David Roas María Zaragoza
Eduardo Moga Martín Gardella
Elena Román Mercedes Molina
Ernesto Ortega Garrido Miguel Ángel Fraga
Esther Sepúlveda Nieves Pérez
Eugenia Carrión Pedro Manuel Alonso Da Silva
Federico Villalobos Rafa Caumel
Francisco Enríquez Ricardo Álamo
Fco. Javier Rodríguez Barranco Saleh Essinawi
Ginés Cutillas Sergi Bellver
Helena Domínguez Sergio de los Santos
Javier Hernández (Siro Robles) Sergio Fangul

Rome y Juli

Sobre el atril y ante todos los presentes, él le declara a ella su amor. Ella deja escapar una lágrima de emoción mientras da sorbos de agua para contener su enternecimiento.

―Ella nunca me ha dicho que no.

Ha sido una representación muy emotiva. Él, con traje azul marino del norte. Ella, con vestido morado y la prudencia de dejar la mantilla negra en casa (¿llevaba entre sus manos el rosario que él le había regalado?).

El amor siempre conmueve.

fotografía de elPeriódico.com

fotografía de elPeriódico.com

Mientras, abajo y dándoles la espalda, la otra (mayor, menos tersa y despechada) cierra el elenco principal del drama: Esperanza masculla algo entre dientes.

Puesta en escena perfecta, vestuario inmejorable, público entregado. Los protagonistas, Mariano Rajoy y Mª Dolores de Cospedal, han estado soberbios.

Sin embargo, al término de la función los actores han salido por la puerta de atrás. No han saludado a un nutrido grupo de seguidores que esperaban impacientes en la entrada algún autógrafo en sus órdenes de desahucio.