Alcazarquivir o el destino insospechado
1939. Esteban García deja atrás los prados verdes del norte, las casas de piedra gris en las que arde la lumbre las noches de invierno, el acento recio de sus paisanos, a los escasos familiares que no han sido pasados por las armas de los vencedores. Recorre más de mil kilómetros hacia el sur, atravesando una tierra que ya no es la suya, pues los perdedores no tienen más patria que [...]