Hoy hace veinticinco años que comenzamos a organizar talleres y la noticia me ha pillado por sorpresa. Con lo reacio que soy a Facebook, resulta que fue esa corrala cibernética la que nos avisó del cumpleaños. Lola Lorente me llamó emocionada, sólo para encontrarse con un silencio estupefacto al otro lado de la línea.

Sigo sin acabar de asimilarlo. Sin embargo, así es: llevamos promoviendo la creación y el pensamiento desde 1988. Tras informarle, Antonio Almansa me dijo, con su sorna habitual, que se trataba de nuestras bodas de plata. Seguro que no soy la única persona a quien la palabra matrimonio le pone los vellos como un desfile de migueletes. Y seguro, también, que serán unos cuantos quienes pensarán que el mío es otro ejemplo típico de pánico al compromiso; topicazo que agradezco porque me permitirá erguirme triunfante para contestar: ¿te parece poca capacidad de compromiso el montón de años que llevo con Paréntesis?

tarta25-2Al comentarlo con mis compañeros del taller, estuvimos de acuerdo en sentirnos orgullosos, maduros (sí, comprometidos) y, a la vez, tras el ineludible repaso del momento actual de Paréntesis, de nuestros ánimos y sueños, nos hemos descubierto llenos de la fuerza juvenil que confieren los proyectos en los que se pone toda la carne, toda la fe.

Hay motivos para la fiesta: seguimos imaginando, no paramos de inventar y tenemos ganas de celebrarlo. El viernes 27 de septiembre, a las 19:30, te invitamos a tomar una copa de vino en nuestra sede. Será una tarde de reencuentros con alumnos, amigos y compañeros, de nuevas amistades, de afectos consolidados y simpatías venideras, de festejar los próximos años y todos los hallazgos que están por venir.