Chéjov lo explica de forma concisa:

El arte de escribir consiste en decir mucho con pocas palabras

Iniciarse en la escritura creativa puede resultar frustrante si no trabajamos nuestra formación. Es aconsejable buscar apoyo en algún taller específico y tener claro que el escritor debe ser, ante todo, un gran lector. De la lectura surge un lenguaje rico y desenvuelto, una intuición madura, fruto del análisis de los mecanismos que dan vida a un relato o lo hacen fracasar.

Para comenzar este trayecto, los cuentos de Antón Chéjov son una fantástica referencia. Chéjov es el paradigma del escritor moderno. Deja atrás el modelo establecido por Poe y le resta importancia a la trama en favor de los personajes. No los juzga, permite que hablen en su propio lenguaje, da voz a los débiles, a los niños, mujeres o presos, con una actitud desconocida hasta el momento.

Estas son algunas de las recomendaciones de este médico ruso que declaraba a la medicina su esposa y a la literatura su amante. Son citas textuales cargadas de humor extraídas de su abundante correspondencia y recogidas en la obra de Piero Brunello, Sin trama y sin final: 99 consejos para escritores.

Recomendaciones de Chéjov

-Lo he visto todo. No obstante, ahora no se trata de lo que he visto sino de cómo lo he visto.

-Es difícil unir las ganas de vivir con las de escribir. No dejes correr tu pluma cuando tu cabeza está cansada.

-Dios mío, no permitas que juzgue o hable de lo que no conozco y no comprendo.

-No seamos charlatanes y digamos con franqueza que en este mundo no se entiende nada. Sólo los charlatanes y los imbéciles creen comprenderlo todo.

-Nunca se debe mentir. El arte tiene esta grandeza particular: no tolera la mentira.

-La brevedad es hermana del talento.

-Un escritor, más que escribir, debe bordar sobre el papel; que el trabajo sea minucioso, elaborado.

-Es más fácil escribir de Sócrates que de una señorita o de una cocinera.

-Dios te guarde de los lugares comunes. Lo mejor de todo es no describir el estado de ánimo de los personajes. Hay que tratar de que se desprenda de sus propias acciones. No publiques nada hasta estar seguro de que tus personajes están vivos y de que no pecas contra la realidad.

-Cuando escribo, confío plenamente en que el lector añadirá por su cuenta los elementos subjetivos que faltan al cuento.

-Ninguna monserga de carácter político, social, económico. Objetividad absoluta. Veracidad en la pintura de los personajes y de las cosas. Máxima concisión. Audacia y originalidad: rechaza todo lo convencional. Espontaneidad.

-Escribir para los críticos tiene tanto sentido como darle a oler flores a una persona resfriada.

La muerte de Chéjov es una de las más contadas en la historia de la literatura. Raymond Carver la narra en este relato:

Tres rosas amarillas