Mi madre y yo en el planeta de los simios
Caigo de rodillas en la playa. Mi madre, que conserva buenos reflejos a pesar de tener 72 años, sujeta las riendas del caballo y me pregunta qué ocurre, si es que estoy cansado de caminar. Le digo que he pisado un erizo, pero no es cierto. Lo que me duele es ver la Estatua de la Libertad delante, con sus 46 metros de altura, arrumbada en la orilla. Ella mira [...]