Con apenas seis años comunicó a sus padres su intención de escribir, y con siete redactó su primera fábula, La visera fatal, inspirada en un pasaje de El Quijote. Dos años después, Borges publicó una traducción de un relato de Oscar Wilde, iniciando un recorrido precoz que le llevaría a convertirse en uno de los autores más destacados del siglo XX, un maestro indiscutible al que negaron el Nobel de Literatura por motivos políticos.

Corría el año 1976 cuando Borges, que estaba seleccionado junto al español Vicente Aleixandre para recibir el premio, se negó a cancelar su visita al Chile de Pinochet. El autor argentino no sólo realizó el viaje. También elogió públicamente al dictador, consciente de que con sus declaraciones renunciaba para siempre al máximo galardón literario del mundo. Su crítica a la obra de Artur Lundkvist tampoco contribuyó mucho al respecto, sobre todo a partir de que este poeta se convirtiera en secretario permanente de la Academia sueca. María Esther Vázquez revelaba en la biografía de Borges que Lundkvist jamás le perdonó aquello.

Hoy se cumplen 30 años de la muerte de Jorge Luis Borges, una buena ocasión para recomendar la lectura de sus cuentos y poemas. Como ejemplo de su aguda ironía, reproducimos a continuación sus consejos de escritura.

Borges: lo que todo escritor debe evitar

  • Interpretar obras o personajes famosos de manera excesivamente inconformista.
  • Las parejas de personajes disímiles o contradictorios (Don Quijote y Sancho Panza, Sherlock Holmes y Watson).
  • Caracterizar a los personajes por sus manías, al estilo de Dickens.
  • Jugar de forma extravagante con el tiempo o con el espacio, tal como hacen Faulkner, Borges y Bioy Casares.
  • En poesía, crear situaciones o personajes con los que el lector pueda identificarse.
  • Los personajes susceptibles de convertirse en mitos.
  • El ambiente local, es decir, las frases o escenas intencionadamente ligadas a un determinado lugar o época.
  • La enumeración caótica.
  • Las metáforas en general. Concretamente, las metáforas visuales y, más concretamente aún, las metáforas agrícolas, navales o bancarias. En este sentido, Proust es absolutamente desaconsejable.
  • El antropomorfismo.
  • Las tramas argumentales que recuerden las de otras obras. Por ejemplo, la Odisea de Homero y el Ulises de Joyce.
  • Escribir libros que parezcan menús, itinerarios, álbumes, o conciertos.
  • Todo lo que pueda ser ilustrado o sea susceptible de adaptarse al cine.
  • En ensayos críticos, cualquier referencia histórica o biográfica. Debemos evitar siempre las alusiones a la personalidad o vida privada de los autores estudiados. Hay que huir del psicoanálisis.
  • Las escenas domésticas en novelas policíacas y las escenas dramáticas en diálogos filosóficos.
  • Ante todo, es preciso evitar la modestia, la vanidad, la pederastia, la ausencia de pederastia, el suicidio.

Diez años antes de su muerte, Jorge Luis Borges fue entrevistado por Joaquín Soler Serrano en el programa A fondo. Era un tiempo de televisión en blanco y negro, con fanfarrias imposibles y donde no se miraba ni el time ni el sharing. Un documento de valor incalculable del que, por más veces que lo veas, siempre aprendes: A fondo, entrevista