Me hago esta pregunta después de que los medios de comunicación nos recuerden por enésima vez los síntomas de la depresión posvacacional. Año tras año, harto de tanta información tóxica, me declaro defensor de septiembre, un mes sistemáticamente demonizado, porque podemos llenarlo de proyectos ilusionantes en cuanto paremos un poco a pensar.

La vuelta al cole es un recuerdo lejano, pero conservo algunas percepciones de la infancia. Entre ellas, la sensación de que enero se mueve sólo en una esfera contable y que el año comienza de verdad en septiembre. Si bien no experimento ya el dulce nerviosismo de estrenar cuadernos, mochila o zapatos, mantengo intacta la emoción del reencuentro con compañeros y amigos, y el Beneficios de la pinturahormigueo generado por las nuevas metas y expectativas del curso que se inicia.

No voy a negar que cuesta reincorporarse al trabajo. La rutina es una carga pesada. Precisamente por eso resulta imprescindible incluir en nuestra agenda actividades que nos rescaten de la obligación, permitan que nos expresemos libremente, desarrollen nuestras habilidades y nos hagan disfrutar. En definitiva, apasionarnos por crecer, tal como hacíamos de niños.

En otras ocasiones he mencionado el maltrato infligido por nuestro sistema educativo a las asignaturas de humanidades. Por ejemplo, en enero publiqué una entrada en esta web hablando de cómo fomentar la creatividad en los más pequeños donde enumeraba las bondades de hacerlo. Pues bien, esto no se termina en la niñez. Dedicar un tiempo a actividades artísticas, como la pintura, también aporta numerosos beneficios a los adultos más allá de la pura diversión, que por sí sola ya sería razón suficiente para adentrarse en este arte.

Beneficios de la pintura

— La pintura nos abre un mundo de posibilidades, estimula nuestra capacidad creativa y nos ayuda tanto a aislarnos de la realidad, si buscamos disminuir el estrés, como a tensar el día y llenarlo de sentido si elegimos zambullirnos en alguna problemática que nos conmueva.

— A través de la pintura inventamos un lenguaje único y personal que nos permite aprender a identificar sentimientos, expresarnos a un nivel más profundo y conectar con los demás.

Beneficios de la pintura— Dedicar un tiempo a la pintura incrementa nuestra capacidad de concentración, impermeabilizando nuestro cerebro de la parafernalia de estímulos dispersos e intrusivos del exterior. Menos ventanitas y un horizonte más ancho.

— Este estado de relajación y concentración propicia el avance y la consecución de logros personales, algo fundamental para fortalecer la autoestima. Y me refiero a una autoestima de verdad, no al extendido pastiche del porque-sí-porque-yo-lo-valgo.

— Dejar fluir nuestras emociones, como parte del proceso creativo, desarrolla nuestra conciencia, inteligencia y empatía. Es decir, la introspección nos hace más receptivos, más hábiles e interesantes en la extroversión.

— Pintar estimula simultáneamente los dos hemisferios cerebrales: el izquierdo, que rige el lado lógico y racional, y el derecho, que gestiona las emociones y la creatividad. Esta gimnasia integral de la mente se va a notar en tu cuerpo y en tu mirada.

Beneficios de la pintura

En definitiva, iniciarse en el arte, además de reportar numerosos beneficios, puede convertir tu particular vuelta al cole en un lienzo en blanco listo para llenarlo con tus colores, ilusiones, texturas y proyectos.

Ya puedo responder a la pregunta ¿qué pinto yo en septiembre?: apasionarme por esta primavera de posibilidades personales.

Además, a Paréntesis ha llegado un nuevo profesor con un currículum que impresiona. Es José Luis Puche. Su Taller de Pintura es una propuesta potente que permite aprender técnicas y composición de manos de un artista de primera línea. Me río del síndrome posvacacional.