Recomponerte
Intento recomponerte en los escalofríos nocturnos
sabiendo que es inútil tironear de los recuerdos
mientras recojo tus retratos del suelo
y la infancia retorna en un sobre de párpados.
Suenan despertadores,
ruidos animales que desconozco,
y los desayunos que nunca he preparado
me censuran desde las alacenas.
Andar por el pasillo
es otra manera de recomponerte.
Aunque tus huellas de plomo y verdad
pesen sobre mí,
son ahora lo que importa.
Me aconsejaron seguir adelante,
porque la muerte es una portera
que te llena de zaguanes la memoria.
Recuerdo la escalera,
aquellos primeros peldaños
donde te atabas los cordones
Yo nunca anduve por tu camino
más allá de la mentira necesaria
para reconquistar tu cuerpo.
Enfrentado a los días
que proponían futuro, normalidad,
temía esa terquedad de la gente
por rellenar de costumbres
los cabeceros de las camas.
Siento que el verbo era la piel
y los adverbios cambios de postura
en los que tu lengua de mantequilla untaba,
ahora sí ahora no, sustantivos inefables.
Nunca supe nombrar las cosas,
sólo resistirlas como golpes en el costado
donde nos oprime el mundo.
un poco para dormir,
un poco para entender de venenos,
un poco para quitarnos la vida, y devolvérnosla.