CAYÓ
por fin la añorada lluvia
trayendo un limpio frescor.
Por los cristales de las ventanas corrían
bifurcándose ríos juguetones.
La canalera tocaba alegremente
con golpes de agua en la trompa del verano.
Habíamos puesto la mesa en el porche.
Comimos en alegre y silenciosa escucha,
y en silencio nos señalábamos mutuamente con la cabeza
el resplandor recién llegado de la vida,
el rumor de la lluvia.
Tuvor (Montículo cubierto de hierba), 1973
ENAMORAMIENTO
ENTRE ella y yo había una relación
que estaba completamente en el aire.
jamás una palabra o un gesto que traicionase,
sólo el aire, el desgraciado amor
que cada tarde insoportablemente repleto de sueños de ella
se ahogaba en el lago.
Längs ekots stigar (A lo largo de los senderos del eco), 1975