Escribir artículos se ha convertido en una necesidad común con el auge de los blogs y las redes sociales. Hasta hace pocas décadas era un tipo de texto que encontrábamos en periódicos y revistas de forma casi exclusiva. Sin embargo, la presencia de las marcas en Internet, y sobre todo la irrupción de las marcas personales, ha hecho que estas piezas de origen periodístico hayan adquirido relevancia y se estén implantando como una necesidad generalizada. Cada vez hay más personas que dedican un tiempo semanal o diario a escribir artículos, pero ¿cuántos saben lo que tienen entre manos?

Si observamos las cualidades de este género, comprenderemos por qué elegimos escribir artículos. La primera característica que los hace tan deseables es su capacidad para transmitir opinión. En realidad, por muy objetivo que trate de ser un artículo, siempre se engendra a partir de un posicionamiento y unas intenciones. Albergan el deseo de comunicar una idea, noticia u opinión, desde la recomendación o el rechazo. Y es que no existe el artículo neutral. Ni siquiera un artículo científico lo es (que le pregunten a Darwin). Es más, cuanto más aséptico se nos presente, más sospechoso debería resultar. Por eso es recomendable afrontar su redacción con el deseo de establecer un compromiso con la realidad y con lo que pensamos. Todo lo que no se escriba desde este convencimiento atufará a instrumentación artificiosa.

La segunda característica que hace del artículo un género tan extendido es su versatilidad. Una columna de opinión de un periódico, la reseña de un libro en un blog o unas recomendaciones para preparar el mejor gazpacho en un cuadernillo de recetas, todos son artículos. Sean de trabajo o de ocio, vayan desde lo filosófico a lo deportivo, político o tecnológico, desde la fe hasta las matemáticas, todo cabe. Sin embargo, no vale todo.

Además de comprender cuál es nuestra posición frente a los temas, y las intenciones con que los redactaremos, escribir artículos de calidad requiere el conocimiento de unas técnicas tanto a nivel de frase como en la composición del conjunto. Aprender estas claves directamente de un maestro es lo mejor. Recomiendo asistir a un buen taller de periodismo literario pero, lo hagas o no, deberías tener en cuenta lo siguiente:

Sugerencias para escribir artículos

El artículo comienza con alguna situación detonante que nos lleva a plantear el tema que se tratará. Puede ser un dato, una referencia o una escena, por ejemplo, desde la que emerge una cuestión que puede exponerse de forma explícita o quedar planteada de forma implícita en las entrelíneas.

Una vez lanzada la pregunta, hay que desarrollarla. De nada sirve andar proponiendo cuestiones si no pretendemos escarbar en ellas y sugerir ideas. Por más que, a causa del tema tratado, el final de un artículo sea la persistencia de la duda inicial, en el cuerpo de ese texto deberá percibirse la lucha por conocer o entender. Por ejemplo, si me planteo la existencia de dios (y me estoy posicionando al escribirlo con minúscula), un final posible será la duda, pero antes habré expuesto indicios y razones tanto en un sentido como en otro. La partida puede terminar en tablas, pero no nos la habremos jugado realmente si no hubo lucha.

Para conseguir la sensación de unidad indispensable a la hora de escribir artículos, los terminaremos con alguna forma de conclusión. Esta conclusión puede ser directa o sutil, de carácter cerrado o abierto, incluso puede omitirse, pero siempre tiene que percibirse. El lector debe captar que el texto ha llegado a algún sitio.

Las frases cortas y sencillas pueden ser fruto de una decisión magistral tanto como las alargadas y llenas de recursos literarios, pero si no eres muy hábil con el idioma son la única elección inteligente. En caso de que sea la tuya, recuerda que el discurso tiene que resultar fluido; vigila que no se produzca una sensación telegráfica indeseable. Si, por el contrario, optas por utilizar frases alambicadas, ten en cuenta que en nuestro tiempo todo el mundo sabe que lo sano es el deporte y una dieta equilibrada. La grasa sobra. Una liposucción a un texto hinchado puede dejarlo en su peso óptimo manteniendo la fibra de los recursos de estilo más acertados.

La corrección gramatical y ortográfica es un arma de seducción.

Internet y el recorte económico de los medios de comunicación han socializado la escritura de artículos. También la de malos artículos. Aunque este segundo saco sea más grande, no tienes por qué caer en él. Es fácil distinguirte. Piensa cuál es tu posición respecto al tema del que vayas a escribir. Si tu visión coincide con las opiniones y frases ya establecidas, no pierdas el tiempo ni se lo hagas perder a los demás. Pero si tienes algo que aportar, escríbelo. Y procura que la forma no estropee ese buen fondo.