El héroe, de Guillem Sala i Lorda
En un extremo de la trinchera, el teniente Pierre Carriére alzó un par de dedos regordetes y ordenó a Mottet y Metmier que acudiesen a reunirse con él. Las balas alemanas pasaban a ras con un siseo que asustaba. Después de tres días de combate, habían comenzado a retroceder hacia el río y la cosa pintaba muy mal. —Vosotros dos —gritó el teniente— salís a campo abierto, corréis a toda leche y en zigzag, os abrís paso con las granadas, [...]