La noche del Velvet
No me gustaban las discotecas, para mí solo eran la parte incómoda de la juerga de fin de semana. Sentía vergüenza de mi torpeza a la hora de bailar y prefería acodarme en la barra o salir de vez en cuando a la calle para compartir un canuto con alguien y contemplar la hilera de luces del paseo marítimo. Lo de la mutación del color de mi piel comenzó una noche de diciembre, a principio de los ochenta. Era sábado [...]