Leonard Cohen nació en Montreal en 1934. De una familia judía acomodada, de origen polaco, su infancia estuvo marcada por la muerte de su padre cuando Leonard tenía solo nueve años. Quizás ese acontecimiento y la influencia de la religión hebrea, de una parte, y la católica, mayoritaria y asentada profundamente en el Montreal de la época, por otra, forjaron el carácter taciturno y melancólico, casi depresivo, que caracterizara en el futuro su escritura y sus canciones; su frase “No hay que ser pesimista ni tener esperanza” es muestra de ello. Ávido lector, a los dieciséis años ingresa en la universidad McGill de Montreal para estudiar literatura inglesa, donde edita un primer libro de poemas, Let Us Compare Mythologies, dedicado a su padre. Vivió en Oslo, Londres, Nueva York, La Habana… pero es en la isla griega de Hydra donde descubre la música de Mikis Theodorakis, al que admira y del que recibe una gran influencia intelectual, como en su adolescencia la recibió de la obra poética de Federico García Lorca. En este entorno escribe el libro de poemas Flowers for Hitler y las novelas The Favourite Game y Beautiful Losers. A su vuelta de Grecia se instala en Nueva York. En 1967 publica su primer disco y en las siguientes décadas publicará varios más, junto a libros de poemas y dibujos, hasta que en 1994 ingresa en un monasterio Zen de Los Ángeles donde llega a ordenarse monje y en el que estuvo hasta 1999. Entre 2001 y 2006 publica tres nuevos discos y en 2008 inicia una gira mundial de conciertos.
Desde el comienzo de su carrera, el oficio de escritor facilitó a Leonard Cohen la confección de las letras de sus canciones. Con un lenguaje abundante y poético, y una voz grave como proveniente de las raíces de un árbol, Cohen habla con visión romántica, pero cruda a la vez, de las relaciones de pareja, el amor, el sexo y la religión —para él, Dios es casi humano y está en cada ser, no predetermina la existencia del hombre que es capaz de actuar por sí mismo para alcanzar otro nivel de consciencia más verdadera— desde el lado más existencial del ser humano, desde la imposibilidad de detener los estragos del tiempo y la depresión. Con la humildad no impostada del sabio que un día ocupó un ático en La Torre de la Canción y comprobó que, para ser su inquilino, no bastaba el mérito propio; que no era un privilegio vitalicio, sino que lo efímero te instala allí y en cualquier momento el baremo de la fama puede degradarte unos pisos más abajo o echarte incluso a la puta calle; y que dormir bajo un puente está al alcance de cualquiera tan solo con que el chasquido de unos dedos poderosos lo decidan. Cohen mima sus textos de tal manera que muchas de sus canciones y poemas, tras continuas revisiones, han tardado varios años en publicarse, tratando lo más profundo que atañe al alma humana con un bocado de sarcasmo y cierto cinismo, con la palabra justa, como solo saben hacerlo los grandes.

Libro recomendado: Libro del Anhelo. Leonard Cohen. Edit. Lumen.
Disco: I´m Your Man. Leonard Cohen (1988).