En los años 60, algunos periodistas norteamericanos revolucionaron la forma de escribir artículos tomando como referencia el Realismo Social, un movimiento literario y artístico que surgió como corriente opuesta al Romanticismo. Tom Wolfe bautizó esta tendencia como Nuevo Periodismo, articulando los cuatro únicos procedimientos que, según el periodista y escritor estadounidense, lo acercan a la inmediatez, la comunicación emotiva y la capacidad para apasionar existente en las obras de Dickens, Balzac o Dostoievsky.

Consejos para el Nuevo Periodismo

Construir el artículo con escenas

Para Wolfe es fundamental contar la historia saltando de una escena a otra sin recurrir, en la medida de lo posible, a la simple narración histórica. Este procedimiento nos obliga a alterar la forma en que recabamos información. El propio Wolfe alude a las proezas, a veces extraordinarias, que debían realizar los nuevos periodistas para ser testigos directos de la vida de otras personas con el fin de obtener el material adecuado para sus artículos.

Registrar los diálogos completos

Tom Wolfe afirma que el diálogo realista logra captar el interés del lector de una forma más completa que cualquier otro procedimiento, a la vez que afirma y sitúa al personaje con mayor rapidez. Este punto es una evolución del anterior, ya que el diálogo constituye, en sí mismo, una escena. De hecho, las descripciones magistrales que Dickens realizaba de sus personajes se basaban fundamentalmente en los diálogos.

Utilizar un narrador en tercera persona

La tercera persona es, según Wolfe, el punto de vista idóneo para penetrar en los pensamientos ajenos y acercar al lector a los personajes, haciéndole experimentar la carga emotiva de la escena narrada. Escribir un artículo en primera persona limita al periodista que, desde este punto de vista, sólo puede conseguir que el lector se meta en la piel de un único personaje, él mismo.

En este caso, solo hay una vía para conseguir la información necesaria, la entrevista, un arte que requiere empatía, documentación previa y muchas hora de vuelo.

Mostrar el estatus de los personajes

Wolfe hace referencia a la conocida máxima literaria que alude al acierto de mostrar frente a la mala costumbre de contar. El periodista y escritor estadounidense nos muestra a las personas registrando escrupulosamente todo tipo de detalles (costumbres, formas de hablar, de vestir, comportamientos, actitudes, gestos…). En este sentido, Wolfe cita a Balzac como ejemplo:

Balzac acumula detalles tan implacablemente y al mismo tiempo con tanta meticulosidad (difícilmente habrá un detalle que no arroje luz sobre peculiaridades de estatus) que dispara los recuerdos del lector sobre su propio estatus, sus propias ambiciones, inseguridades, deleites, desastres, además de las mil y una humillaciones y golpes que su condición recibe en la vida cotidiana, y los dispara una y otra vez hasta crear una atmósfera rica y absorbente.

En definitiva, se trata de lograr que el lector se identifique con los personajes y los hechos que les acontecen, por muy alejados que estos se encuentren de su vida cotidiana. Solo así podremos lograr ese interés, esa comunicación emotiva e inmediata que persigue el Nuevo Periodismo.

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