Joan Manuel Serrat nació en 1943, en el barrio obrero barcelonés del Poble-sec. Su infancia transcurrió entre las calles flanqueadas por la colina de Montjuich, el barrio chino –hoy El Rabal– y Belchite, pueblo aragonés de su madre, donde veraneaba. De estos dos lugares, geografía sentimental del “noi del Poblesec”, Serrat tomaría años más tarde los elementos para, en alguna de sus primeras canciones, retratar a esos personajes sufrientes y desalentados que poblaban la España de posguerra.
En su niñez, las primeras referencias musicales le llegaron a través de la radio: la copla española, los tangos y el bolero. Años más tarde fueron Jacques Brel, Georges Moustaki, Léo Ferré o Juliette Gréco, componentes de la chanson francesa, quienes influirían en Serrat y otros cantantes catalanes para formar la Nova Cançó, colectivo que defendía la lengua catalana durante la represión franquista.
En 1969, Serrat, que desde el LP La paloma (1968), donde aparece el poema del mismo título de Rafael Alberti, ya cantaba en castellano, publicó el álbum Dedicado a Antonio Machado, poeta. En 1971, en el célebre disco Mediterráneo, incluye la canción Vencidos, desolador poema homónimo del de León Felipe sobre los perdedores de la Guerra Civil; y en 1972 sale a la luz el álbum Miguel Hernández con 10 canciones plenas de una música cargada a la vez de sensibilidad y fuerza para mostrar la obra del gran poeta murciano. La canción Para la libertad fue, a finales del franquismo, un himno para los españoles de a pie que aspirábamos al fin de la dictadura.
La obra de estos grandes poetas alcanzó popularidad gracias a las canciones de Joan Manuel Serrat que, como alguno de ellos, también sufrió la censura y el exilio de un país y un tiempo no tan lejanos.

Libro recomendado: Serrat, de Manuel Vázquez Montalbán. Editorial Júcar
Disco recomendado: Miguel Hernández, de Joan Manuel Serrat