La caja, de Ada Valero
Fue mi abuela quien descolgó el teléfono una mañana de domingo y, en cuanto comprendió que la llamada procedía de Alemania, me lo pasó. La voz desconocida dijo ser mi tía Anette, la única hermana de mi padre, y me comunicaba su fallecimiento. Había expectación entre el ligero temblor de sus palabras. La supuse impaciente por comprobar cómo acogería la noticia del paro cardiaco de aquel hombre de quien yo sólo tenía el apellido, algunos rasgos físicos y la larga [...]