Contra la paz interior
Con el ánimo de alcanzar el equilibrio podría recurrir a colgarme del cuello un llamador de ángeles, ajustarme en la muñeca la “power-balance”, practicar yoga y reiki, organizar la casa según las recomendaciones del feng shui y visitar semanalmente a un gurú de los masajes: “maestro, vengo a que me abra los chakras en canal”. Pero la obsesión por la paz interior me resulta sospechosa. No es que desconfíe de tanto supermercado de la perfecta relajación como hay, ni de [...]